La Continuidad en El Patrocinio de Coca-Cola a Los Juegos Olímpicos Es Malo Para La Salud de Todas Las Personas
En junio de 2017, McDonald's y los Juegos Olímpicos pusieron fin a un convenio de patrocinio que se prolongaba durante varias décadas, apenas a la mitad de una prórroga de ocho años del acuerdo. Una de las principales razones de la disolución de esta asociación fue la constante crítica pública por parte de los grupos de salud pública que señalaban la hipocresía del Comité Olímpico Internacional (COI): recibir pagos del gigante de la comida rápida al tiempo que pregonaba su compromiso con la salud.
Siete años después, mientras París se prepara para acoger los Juegos Olímpicos de 2024, el sitio web del COI presume que la venta de comida será más local, sostenible y en general saludable. Estos nuevos compromisos parecen estar en total consonancia con la visión del COI de "crear un mundo mejor a través del deporte."
Esta declaración de mejoría de estándares parece estar en profunda disonancia con el hecho de que, en otras partes del sitio web, Coca-Cola se promocione como un firme socio de los Juegos Olímpicos, como lo ha sido desde 1928. La empresa es uno de los principales productores de bebidas azucaradas, que se han asociado con la obesidad y con enfermedades en gran medida prevenibles, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades del corazón. Nuevas investigaciones han seguido apoyando esta asociación: científicos publicados en el Journal of the American Medical Association en 2019 han concluido: "[...]el consumo de todas las bebidas endulzadas, las edulcorados con azúcar y las edulcorados artificialmente, se asoció positivamente con la mortalidad por todas las causas".
Y los daños de estos productos no se limitan a la salud: las empresas de alimentos y bebidas figuran continuamente entre los mayores productores de plásticos de un solo uso.
En este contexto, ¿cómo ha podido la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas seguir compartiendo protagonismo con los Juegos Olímpicos? Una de las razones es meramente económica. La noticia del nuevo acuerdo multimillonario de patrocinio conjunto del COI con el gigante lácteo chino Mengniu, otra colosal empresa de bebidas, subraya cómo estos convenios respaldan la ambición de expansión mundial del COI. Sin embargo, la duradera asociación con la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas también puede considerarse una clase magistral de "maquillada de marca” con el deporte (o “sportswashing” por su término en inglés); es decir, de cómo se emplea un evento deportivo para mejorar la reputación de una persona u organización. Al continuar su asociación con un evento atlético que atrajo a 3 mil millones de espectadores durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Coca-Cola ha convencido al mundo para que se haga de la vista gorda ante su deteriorada reputación.
Por ejemplo, la biografía corporativa de Coca-Cola en el sitio web de los Juegos Olímpicos refiere de forma breve y benigna al efecto "refrescante" de sus productos en atletas, funcionarios y espectadores, antes de detallar su inversión en el deporte juvenil y sus tentativas por mejorar la sostenibilidad. Estas afirmaciones contrastan fuertemente con los millones de niñas y niños de todo el mundo con acceso limitado a alimentos y bebidas asequibles y saludables que verán los anuncios de la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas en sus casas durante toda la transmisión olímpica. Durante los Juegos Olímpicos de Río de 2016, Coca-Cola difundió anuncios de sus bebidas azucaradas dirigidos directamente a las y los adolescentes, llegando a más de 21 millones de personas de su grupo de edad objetivo. Es difícil imaginar que esa enorme influencia encamine a los jóvenes de hoy hacia una vida sana.
Al mantener su acuerdo de patrocinio con Coca-Cola, el COI se opone directamente a sus valores declarados. Al caracterizar esta asociación éticamente cuestionable como una asociación que simplemente "...crea expectación entre el público antes de cada edición de los Juegos", se ignoran convenientemente los perjuicios para la salud y el medio ambiente asociados a la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas. Se trata de un lucrativo matrimonio de conveniencia, enmascarado como un puente virtuoso entre dos potencias con y sin fines de lucro, en el que el atractivo del deporte es un pretexto para exponer a millones de niñas y niños a productos poco saludables.
Sin embargo, hasta que la dirección del COI no escuche alto y claro de la comunidad mundial que Coca-Cola ya no es bienvenida como parte de su programación del mismo modo en que las grandes tabacaleras o McDonald's ya no lo son, su unión de 96 años continuará indefinidamente, sin importar las consecuencias en la población.
Animamos a las y los aficionados al deporte (junto con jóvenes, madres y padres, defensores de la salud pública y el medio ambiente, los medios de comunicación, a las y los mismos atletas, y a toda persona que comparte esta preocupación) a manifestar una oposición mundial a este largo patrocinio. Una campaña recién lanzada, "Kick Big Soda Out of Sport" (Saquemos a la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas del Deporte), organizada por destacadas organizaciones de salud global, expone los daños para la salud y el medio ambiente de la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas. Paralelamente a la campaña, se están recabando firmas para una petición en la que se insta al COI a poner fin a su patrocinio con Coca-Cola. A medida que más personas sumen sus voces y compartan con sus redes, el alcance de la campaña y la petición se ampliará, creando mayor conciencia, indignación e incidencia.
Al término de los Juegos Olímpicos de Verano de 2024, los grupos responsables de la campaña "Kick Big Soda Out of Sport" presentarán la petición al COI y expondrán el argumento claro y contundente de que Coca-Cola está tan fuera de lugar en un entorno deportivo como McDonald's. Por la salud de todas y todos, es hora de sacar del campo las bebidas endulzadas.
Originally published in English on July 21, 2024
Los autores de este artículo de opinión son una coalición e líderes de organizaciones en salud pública que apoyan "Kick Big Soda Out of Sport,” una campaña para poner fin al patrocinio de la Gran Industria de las Bebidas Endulzadas en eventos deportivos de todo el mundo.
- Trish Cotter, Directora Global del Programa de Política Alimentaria, Vital Strategies (EE.UU., Australia)
- Isabel Barbosa, Directora Asociada y Oscar Cabrera, Director, Iniciativa de Salud y Derechos Humanos, O'Neill Institute for National & Global Health Law, Georgetown Law (EE.UU.)
- Alejandro Calvillo, Director, El Poder del Consumidor (México)
- Yessika Hoyos-Morales, Presidenta, El Colectivo de Abogados "José Alvear Restreopo" - CAJAR (Colombia)
- Maisha Hutton, Directora Ejecutiva, Healthy Caribbean Coalition (Barbados, Jamaica)
- Paula Johns, Cofundadora y Directora, ACT Promoção da Saúde (Brasil)
- Nzama Mbalati, Director General, HEALA (Sudáfrica)
- Carolina Piñeros, Directora Ejecutiva, Red PaPaz (Colombia)
- Dr. Barry M. Popkin, Profesor distinguido W.R. Kenan Jr., Departamento de Nutrición, Escuela Gillings de Salud Pública Global, University of North Carolina, Chapel Hill (EE.UU.)
Veronica Schoj, MD, Vicepresidenta, Programas de Alimentación y Nutrición, Global Health Advocacy Incubator (EE.UU., Argentina)
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